La Primera Parada
La iniciativa responde a la necesidad de generar espacios educativos donde el cuerpo, el ritmo y el movimiento se conviertan en lenguajes pedagógicos que promuevan el respeto por la diversidad, la expresión emocional y el trabajo colaborativo. En este sentido, se articula con los principios de la estrategia CRESE, que orienta la formación hacia la convivencia pacífica, el desarrollo de relaciones empáticas y la resolución constructiva de conflictos. A través de la danza, los estudiantes aprenden a reconocer el valor del otro, a expresarse con libertad y a construir entornos de respeto y equidad.
Asimismo, ExplorArte se vincula con los objetivos del proyecto de Estilo de Vida Saludable y el reconocimiento de la corporeidad, promoviendo prácticas que integran el bienestar físico, emocional y social. El movimiento consciente, la coordinación y la expresión corporal fortalecen habilidades para la vida y refuerzan la identidad cultural de cada estudiante, generando un impacto positivo tanto a nivel individual como colectivo.
Manos a la obra
Cada semana, la sede Concentración Escolar Policarpa Salavarrieta se llena de música, movimiento y sonrisas gracias al Centro de Interés ExpresArte. Los protagonistas: estudiantes de los grados 2° y 5° de básica primaria, quienes, en la jornada de la tarde, se sumergían en el mundo de las danzas folclóricas colombianas con entusiasmo y curiosidad.
Los encuentros se realizaban en espacios como el piso rojo y la cancha deportiva, donde cada paso se convertía en una expresión de identidad y alegría. En alianza con la Casa de la Cultura Jorge Eliécer Gaitán y la Escuela de Artes Miguel Ángel Martín, los niños y niñas exploraron ritmos como el joropo, la cumbia, el bambuco y el pasillo, guiados por un tallerista experto que les enseñaron no solo a bailar, sino a sentir la historia detrás de cada danza.
Así se vivió
Los martes por la tarde se convirtieron en momentos mágicos: de 2:00 p. m. a 3:30 p. m., los estudiantes se reunían para ensayar, crear, compartir y aprender. Con apoyo de estudiantes de secundaria que se sumaron como colaboradores, se vivieron jornadas llenas de energía, respeto y trabajo en equipo.
Cada ensayo fue una fiesta de colores, donde el cuerpo hablaba, la música guiaba y la cultura florecía. Así se vivió ExpresArte: como un viaje colectivo hacia el reconocimiento de nuestras raíces, el fortalecimiento de la convivencia y el descubrimiento del arte como lenguaje que une, transforma y celebra.
